lunes, 21 de febrero de 2011

21 de febrero del 2011

21 de Febrero 2011


Esta noche he vuelto a no dormir, aun no es mi insomnio lo que me hace olvidar el tic tac del reloj, aun no son mías las noches, aun no me ilumina con sus colores mi Luna, y a pesar de eso, de aun no ser a quien amaste, sigues aquí conmigo, y el recuerdo de los momentos en que cambiamos nuestros mundos me acompañan, como cada noche, como cada sonrisa que en medio de tu ausencia se despierta, como cada lagrima que al final de las noches apaga mi luz.


Esta noche he vuelto a dormir, desde hace dos noches lo he intentado sin conseguirlo, hoy he podido, y más que otros recuerdos uno está muy presente, aquel del día en que regrese, aquel 23 de diciembre en que regrese por ti.



Te habían avisado que iría, pero no lo creíste, y no me esperabas, habías pasado malos días y dormías demasiado, la mascarilla en el rostro no te dejaba hablar, así que desde varios días atrás no había escuchado tu voz, solo unos mensajes por el celular me hacían saber que me esperabas, que me extrañabas, que me amabas, tanto como yo a ti, tanto como se pueden extrañar dos locos que dejaron a un lado sus realidades para crear un camino juntos, varios días sin tu voz, varios días lejos de ti sabiéndote enferma, sabiéndote con miedo, con frio, con tantos kilómetros encima que era normal que dudaras que fuera por ti, tantos días llorando cada que tu hermana me daba noticias de tu salud, tantos días con rabia, con impotencia, con desesperación, tantos días sin ti.



Pero todo desapareció en un instante, no fue cuando compre el ticket del avión, no fue cuando esperaba en la sala del aeropuerto, no fue cuando cruzaba el país acercándome un poquito más a ti, no fue cuando llegue a tu ciudad, cuando conocí a tu familia, cuando reconocí a tus amigos, no fue la cercanía que ya existía de nuevo entre tú y yo, ni la agonía del aire que nos separaba, no fue la ausencia de ti y de mi que moría para ser de nuevo juntos, no fue nada de eso, y sé que lo sabes, que si bien los nervios crecían a cada paso que me regresaba a ti, el miedo de perderte era latente.



Lo que venció todo el dolor de aquellos días sin ti y tan lejos, fue el momento después de cruzar la puerta de aquella habitación.



Tu mama salió sin hacer ruido porque estabas dormida, me quede en silencio mirándote en aquella cama, recordando las imágenes de tantas noches que pasamos así, y sin embargo el haber superado aquellos días me hizo quedarme tranquilo y seguro de que regresaríamos juntos, de que venceríamos de nuevo a la vida o la muerte para seguir juntos, siempre juntos, ¿lo recuerdas? ¿Lo recordabas en aquel hospital? ¿Lo recordabas cuando estábamos lejos? Sé que no es así, no lo recordabas, pero ahí estaba yo para recordártelo, para recordarte una vez mas que no había nada que no haría por ti, que no había nada que pudiera separarnos, que al final gracias a tus dudas y las pruebas que la vida nos ponía, tenía una nueva oportunidad para demostrarte que te amaba, que era verdad, y ahí estaba yo frente a la cama mirándote dormida sin que creyeras que iría por ti, que regresaría por ti.



Ese encanto tuyo de temer, de dudar, ese encanto tuyo de darme una nueva oportunidad de demostrarte que te amaba, que te amo; me acerque despacio y tome tu mano, sin embargo no despertaste, acaricie tu frente y te dije –despierta amor, ya vine por ti- parpadeaste y apreté tu manita, -despierta amor, tenemos que irnos ya, tenemos que regresar, vine por ti-, y antes de que abrieras por completo tus ojitos, las lagrimas comenzaron a salir de ellos; me mordí los labios para no llorar también, para demostrarte que todo estaría bien, -no llores, no llores ahora por favor, espera a que salgamos de este hospital y podamos llorar juntos como siempre, ya cuando las cosas estén mejor, no llores ahora por favor-, y abriste los ojos llenos de lagrimas y me viste, y sonreíste, y no hice más que limpiar tus lagrimitas a besos, como cada que llorabas, como cada que juntos cambiábamos el mundo.



Esas lagrimas son lo que recuerdo esta noche, esa imagen tuya mirándome incrédula y sonriendo con los ojitos empañados, esa imagen que me decía que seguíamos siendo fuertes, inmensos, y que al final podíamos vencer todo para seguir juntos, esas lagrimas que me dejaban saber que una vez más pude demostrarte que por el amor que te tenia, que te tengo, haría cualquier cosa, esas lagrimas que ahora me pregunto si te siguen recordando que te amo, que te amare siempre y que aunque ahora corren por mi rostro, esas lagrimas siguen diciendo que por ti haría cualquier cosa, hasta esconderlas por las noches, por estas noches que aun no son mías, que aunque no duermo, sigo sin poder ser aquel insomne al que amaste y que hoy te escribe para pedirte perdón por no seguir soñando.



"pídeme cualquier deseo, poco te puedo ofrecer"



0 comentarios:

COPY...WHAT?

Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.