3 de Abril del 2011
Hoy volvió a sonar el teléfono con el numero de tu mamá, de nuevo no respondí, esta vez solo tres veces sonó el timbre, sé que me juzgaran por hacer esto y alejarme de ellos, de tu familia, pero tú sabes mis razones, y quizás tampoco las entiendas, pero quiero creer que tu entiendes este aislamiento, y sabrás perdonarme por hacerlo, tuve que salir de casa para evitar cuestionamientos, para evitar responder al porque no quiero hablar con ellos, y escuchar que hago mal.
Regrese casi a media noche, no fui muy lejos, la estación del tren se ha vuelto mi lugar favorito para ir a esperarte aunque no llegues, aunque regrese incluso sin mí, aunque de a poco he ido recogiendo pedacitos de mi en el camino, cada que regreso, regreso con un poquito más, pero aun no consigo regresar del todo y completo.
No he hecho mucho estos días, aunque debo decirte que he comenzado a planear nuevas cosas, no son quizás las cosas que planee a tu lado, pero necesito aferrarme a mi locura, aunque sea tambaleándome como ahora lo hago, y es difícil encontrarme aun en algún lugar, saber que hare, o a donde iré, me han ido llegando cosas que no esperaba, hacer maletas se va volviendo parte de mi rutina, aunque quisiera quedarme en algún sitio por el momento no se a donde volver, a donde renacer, a donde quedarme a manchar paredes, es difícil mirar que el horizonte donde estábamos juntos ya no verá la luz.
Es difícil cada día sin ti, aunque ya no he llorado, no porque no lo necesite, si no porque no he querido hacerlo, y me contengo cada que se me empañan los ojos por algún recuerdo, o por estar consciente de que ya no volveré a verte, a sujetar tu manita para espantar tus miedos, y los míos también, pero trato cada día de evitar esa realidad, busco en que entretenerme y hasta he aceptado salir de nuevo, aunque jamás llego, y pues, después dejan de invitarme, se que tendré que volver a hacerlo, y salir acompañado a cualquier lugar, pero ahora creo que mi conversación es escasa, y prefiero no aburrir a nadie, así como prefiero evitar las miradas condescendientes y lastimeras sobre mí.
Debo confesarte que algunas veces extraño charlar de mis locuras y esa sensación de compañía que te da el escuchar que alguien responde a mis preguntas, o que se ríe de mis estupideces, pero cuando me acerco a las personas aun preguntan como estoy y me miran de esa extraña manera que me hace quedarme de nuevo en este silencio, entonces cambio el tema de conversación y evado las miradas, sé que tengo un día que hablar y sacar todo lo que ha pasado, todo lo que paso, dejar a un lado el aislamiento y desahogarme, por completo, pero siento que es historia larga y que hay muchas cosas que no se entenderían, y prefiero entonces callar, incluso con Mario, que sabes ha pasado por esto, pero ahora el está de pie y su vida sigue, y le veo feliz, y me da miedo abrirle heridas, hacerle recordar cosas, aunque sé que las ha recordado, lo veo en sus ojos cuando me mira, cuando se acerca con sus mensajes al celular, cuando busca hacerme sonreír con algún libro o una película.
Recuerdo cuando el recorrió este camino, comprarle el caballete y sus pinturas para que pintara a Ana, recoger sus notas y sus dibujos, cada sábado sacarlo de casa para que me acompañara a dar mi clase, pasar las tardes en algún café del centro después de buscar libros y películas, no recuerdo en qué momento lo vi de pie, no recuerdo en qué momento le volví a ver feliz, aunque ahora en sus ojos he visto que hay heridas que jamás se olvidan, pero le miro feliz con Catalina, y a ella con él, ahora ya no me preocupa su descuido, porque pudo regresar al camino que tanto detestaba, el del amor, y me gusta verlo así, tanto que prefiero no acercarme a él pese a que se que entendería esto que siento, pero prefiero verlo feliz.
Quisiera haber sido como él este día, y haber tenido fuerza para responderle a tu mamá el teléfono, pero tú sabes que no puedo, ahora no puedo, y espero que me perdonen todos por quedarme en silencio , por aislarme así, pero estoy tratando de ponerme en pie, estoy tratando de armar de nuevo lo que soy, lo que fui y por lo que me volteaste a ver, estoy buscándole el sentido a hacerlo, pero algunas veces es difícil, cuando de golpe y a cada timbrazo del teléfono pasan dentro de mí las imágenes de el ultimo día que vi tu cuerpo, aunque ya no estuvieras ahí.
No se aun a donde iré, ni se cuanto tardare en materializar las cosas que voy planeando, no sé cuánto tiempo tardare en deformar de nuevo la realidad, ni sé cuando llegare a alguna cita, ni cuando hablare de lo que no he hablado, no sé cuando romperé este silencio, aunque me siento cómodo en él y en este aislamiento, sé que tengo que salir y hablar, hablar de ti y de mi, de ti sin mí, y de mi sin ti, se que un día lo hare, se que debo llorar sin detener el llanto, si es que quiero volver a sonreír, quebrarme por completo si quiero que los castillitos de arena que voy imaginando aguanten el duro oleaje de las cotidianidades, y lo voy haciendo, tu sabes que lo voy haciendo, y quizás algún día deje de hablarle mis cosas a una taza, o los perros, para volver a escuchar la voz de alguien, pero ahora no puedo aun, prefiero esperar a tener algo que pueda mostrar, para evitar que solo vean en mi grietas y me miren con lastima por estar deshecho.
No hay mucho que pueda contarte ahora, pero quería pedirte perdón por no responderle a tu mamá el teléfono, y escapar de nuevo a solas y con este silencio, pero estoy tratando de ponerme en pie, tu sabes que es así, y espero me perdones, y espero pronto poder tener algo nuevo que contarte, además de esperarte aunque no llegues, y seguirte buscando en la calle para no encontrarte, y regresar o llegar a todos los lugares sin mí y sin ti, pero hoy, hoy solo quise pedirte perdón por todo, lo que hago, y lo que no he podido hacer aun, pero quiero que sepas que encontrare el camino, te juro que lo encontrare, aunque aun no sepa a donde, ni para qué.
P.D.: Aun te amo ¿lo sabes?
