viernes, 24 de junio de 2011

23 de junio 2010



23 de junio 2010



Haber tenido la sensación de las ratas por encima de mí, ya era bastante, sus dientes moliéndome los dedos un exceso, ya era mal augurio desde ese momento, pero decidí seguir, o más bien, sabes que no tuve opción, tu mejor que nadie lo sabrías.



La sensación de verte me estremeció de alegría, fue bueno volver a verte, fue bueno volver a tener esa sensación de tu vida latiendo aun, fue mejor el verte tan cerca, te reconocí en seguida, aunque fuera en medio de tanta obscuridad, te reconocí enseguida, tu cabello, tu espalda, tus manos con eso dedos largos, tu postura, te reconocí en seguida y sabia que eras tú, supe que eras tú, después de tanto tiempo sin verte, regresaste.



Cuando quise acercarme fue cuando supe que las cosas no terminarían bien, intente dar el primer paso pero mis pies no se movieron, trate de hablarte pero mis labios no podía moverse, solo en sueños respiro por la nariz, no podía ni mover mis brazos que tenia colgando, inmóviles ellos, e inmóvil todo yo.



Sin entender como, estaba ya frente a ti, y al verte de nuevo, sentí dolor, no por saber que era un sueño, no por estar consciente de que aquello era irreal, sentí dolor de nuevo porque llorabas, llorabas como muchas veces te vi llorar, me agache primero, termine de rodillas, pude mover los brazos y quise secarte las lagrimas, como tantas veces lo hice, pero mis dedos no alcanzaban tu carita, mis manos no llegaban hasta tus lagrimas, y parecías no poder mirarme, no poder saber que estaba ahí frente a ti, y llorabas, y yo no podía hacer nada, absolutamente nada, porque dejaras de llorar.



Me dolió tanto verte así, me dolía tanto verte así, me duele tanto verte así, y sentir que no podía hacer nada para secarte el llanto, no podía hacer nada para que me vieras, para que me escucharas, ni siquiera podía abrazarte, ni siquiera podía hacerte saber que estaba allí, a tu lado, no pude hacer nada, no podía hacer nada, y llore contigo sin que me vieras.



Cuando desperté, desperté con lágrimas en los ojos, con la desesperación aun latiéndome mientras mi respiración seguía agitada, de nuevo respiraba por la boca, mientras volteaba en medio de la obscuridad buscándote, ese instinto de traerte de regreso, sé que es una locura, pero lo sentí en ese momento de nuevo.



Me vinieron tantas cosas a la cabeza, tantas preguntas, ¿porque de nuevo apareciste?, ¿Por qué llorabas? ¿Por qué no pudiste verme? Comencé a pensar en todas las interpretaciones posibles, desde las más estúpidas e ilógicas, como el pensar que quizás estabas viva, atrapada en algún lugar, escondida en algún lugar, buscando como escapar, tu ciudad no es fácil, y mucho de lo que hacías era complicado, así que fue la primera explicación que quise darme, de nuevo tener esa sensación de que sigues viva, de que estas en algún lugar, de que estas, de que existes aun, el corazón me dio un golpe y quise llamar a tu familia, a tus amigos, comenzar a hacer preguntas, regresar a tu ciudad para buscarte, para encontrarte, para sacarte de donde estuvieras, para limpiarte las lagrimas de nuevo.



Comencé a buscar la cajita donde tengo guardadas tus cosas, buscando los números telefónicos, y volví a ver toda la realidad, tus medicamentos, los tickets, tu historial médico, y de recuerdo en recuerdo fui llegando hasta las últimas horas de tu vida, recordar las palabras de los médicos, el sudor en la frente de tu doctor después de haber intentado reanimarte, la trabajadora social entregando el acta de defunción, las palabras entierro, ataúd, muerte, muerte, murió, no pudimos hacer mas, recordé el sonido de las maquinas tras la puerta, mi mano pegada a ese pedazo de madera que me separaba de ti, de tus últimos latidos, mi cabeza agachada con la mirada empañada y clavada en el piso, y mientras las lagrimas se estrellaban en el piso, decirte que ya no te pedía mas, que te dejaba ir…



Dolió recordar todo eso, dolieron de nuevo todas las imágenes, todas las palabras, todos los latidos, todo el tiempo se vino de golpe, y dolió, dolió el final y caer de nuevo en la realidad de que eso era imposible, y que no habías regresado por eso.



Me pregunte incluso si estarías llorando por mí, pero sabes que estoy tratando de avanzar ahora más que las primeras semanas, y sabes que de poco en poco voy regresando a ser lo que era, voy regresando a mis pequeñas idiosincrasias, a mis sueños absurdos, a mis ganas de escapar hacia la Luna, a ver de nuevo colores, sabes que es así, sé que me has visto, sé que me ves sonreír ahora más que los días sucedáneos a tu partida, sabes que estoy bien, que trato de estar bien, si es cierto, a diario tengo que buscar un pretexto para que la realidad no duela, y te he dejado ir, porque no quería que me vieras así, y te deje ir y deje ir lo que dolía, lo que duele, así que se que no llorabas por mí, se que sabes que estoy bien, y sé que sabes, que estaré mejor, aunque yo no lo sepa, pero quiero creer que tu si lo ves.



No sé porque regresaste, no sé porque llorabas, no sé qué hacer para que dejes de llorar, no sé qué hacer para calmarte ahora, no pude secarte las lágrimas, no pude abrazarte, no pude ni siquiera, hacerte saber que estaba allí, ¿Por qué llorabas? ¿Qué hago para que dejes de llorar? ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Qué quieres que haga? Si escribo esto, es porque creo, aun, que puedes leerlo, y espero que me des una respuesta, espero saber qué hacer para secarte el llanto, espero que me digas que hacer, que me lo hagas saber de alguna manera, y sé muy bien que sabes, que sea lo que sea que tenga que hacer para que dejes de llorar, lo hare, porque siempre quise verte feliz, siempre quise hacerte feliz.

...y si estas viva, por favor hasmelo saber, si necesitas algo, aquí sigo, y sabes que hare cualquier cosa para que dejes de llorar...



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