sábado, 12 de marzo de 2011

12 de marzo del 2011


12 de marzo del 2011



Dicen que recordar es vivir, desde hace setenta y cuatro días vivo atrapado en el tiempo, viviendo una y otra vez todos los días que fueron antes, todas las sonrisas y suspiros, todos tus gestos, tus muequitas, tus lagrimas, tus carcajadas ante mis tonterías, desde hace setenta y cuatro días vivo recordando lo que fuimos, viviendo una y otra vez todo aquello que fuimos, que somos, todo eso que de recuerdo en recuerdo vuelvo a ser a tu lado, vuelvo a sonreír a tu lado.



Desde hace setenta y cuatro días vivo a destiempo, sin saber qué día estoy viviendo, si es el que marca el calendario o los noticieros, o si son aquellos que despiertan con tus sonrisas, con tus manitas sujetando las mías cuando tenias miedo, o cuando reconocías dentro de ti mi voz susurrándote que te amaba, que te amo, desde hace setenta y cuatro días no sé si aun estoy despierto, en esta realidad que no quiero, en esta realidad en la que ya no estás, en la que ya no despiertas, en la que ya no suena tu risa, ni tus temores, en la que ya no rompes mis obscuridades con tus planes a mi lado, en la que el futuro se perdió cuando dejo de latirte el corazón.



Desde hace setenta y cuatro días estoy atrapado en esta pesadilla que son los días sin ti, en este vacío que tu muerte me dejo, y día a día recuerdo todo, extraño todo, vivo todo, y te escondo de este tiempo, de estos días en que me preguntan como estoy, en que les preocupa mi rostro y mi boca sellada, te escondo de tu muerte y de la mía, para poder vivir un día más a tu lado, un día de horas infinitas, donde aún nos quedan días, donde aún nos quedan planes y futuros y tu mirada brillando cuando me decías que querías ser mamá, cuando rompíamos el silencio de los pasillos de hospital hablando de fiestas y bodas, y tus vuelos al realizar todos tus planes, todos tus sueños, dibujando esa vida que creíamos ajena, y que juntos, aprendíamos a vivirla.



Desde hace setenta y cuatro días repaso tus palabras, tus miradas, e intento aferrarme a lo que viste en mi, a lo que era cuando era a tu lado, y te siento aquí a mi lado y sigo mostrándote lo que soy, y trabajo y vuelvo a soñar, y te encuentro en todos lados, en todos mis sueños y mis calles y en tus cubre bocas dentro de mi bolsa de pinturas, y en tus medicinas en el librero, y tus mensajes en el celular, y tus recetas dentro de mis libretas, y tu ropa en mis cajones, y mi ropa que fue tuya tantos días en esas salidas del hospital, cada día te sigo encontrando aquí, y sonrío, y sueño de nuevo a tu lado, hasta que al detona esta realidad y termino con temblores en las manos, con el frio que se quedo con tu muerte, con el llanto contenido y en medio de una obscuridad en la que apretando los ojos te pido que no te vayas.



Desde hace setenta y cuatro días ya no sé como evadir las cosas, y evito responder al como sigues, y evito responder a los silencios, y me disfrazo con mis tonterías para fingir que todo va bien, que las cosas están mejor, que sigo de pie, que ya no lloro, que ya no mantengo la mirada perdida buscándote, que vuelvo a hablar, que vuelvo a sonreír, que vuelvo a ser yo, y algunos días lo intento, te juro que lo intento Mica, pero me haces falta, me sigues haciendo falta, y extraño todo, lo que fuimos, lo que seriamos, lo que éramos en esos días presentes, en esos días en que vencíamos todo y a todos para estar juntos, para seguir juntos, lo intento créeme, pero no estás aquí y sigo sin saber que sigue ahora, cuando el futuro estaba a tu lado, cuando los días por venir serian juntos, tu y yo, juntos.



Desde hace setenta y cuatro días trato de aferrarme a la luz de los días, a las alegrías que van llegando y que inevitablemente tienen tus huellas, y estoy bien, suelo estar bien, hasta que me pregunto ¿si de verdad es cierto que ya no estarás?, ¿que no volveré a verte sonreír, que no volveré a verte aquí a mi lado?, ¿si de verdad es cierto que no podre tomar tu manita de nuevo y abrazarte y oler tu cabello?, ¿si de verdad es cierto que no podre acompañarte de nuevo al médico y enfrentar a tu lado lo que la vida nos ponga enfrente?, ¿si de verdad es cierto que ya no estás, que ya no estarás?



Desde hace setenta y cuatro días vivo en dos tiempos, la mayor parte de los días, en ese tiempo que pase a tu lado, la mayor parte, en ese tiempo donde te hacia sonreír, donde secaba tus lagrimas, donde te quitaba los miedos, donde te conocía como nadie te había conocido, donde juntos aprendíamos que los sueños se cumplían, que juntos éramos fuertes, que las despedidas terminaban que podías ser feliz, que podía hacerte feliz, que podíamos escapar de las pesadillas para despertar a la vida que no creíamos poder vivir, pero vivíamos, juntos, y ahora, ¿Dónde vivirá todo aquello que éramos? ¿Dónde quedara todo eso que éramos? No me encuentro por ningún lado, no sin ti, por eso me aferro a ese tiempo, a todos esos días que fueron antes de que me pusiera a contar las horas, los días, las semanas, y me aferro a ese pasado, a esos días, porque solo ahí me siento feliz, porque solo contigo vuelvo a sonreír, aunque tenga que llorar y me tiemblen las manos cuando algo me saca de ese tiempo, en que tu y yo, seguimos tomados de la mano, y te digo que te amo, y me responde tu sonrisa.



Desde hace setenta y cuatro días sigo evitando despedirme de ti, aunque te fuiste un día después, pero fue un día antes de tu partida cuando te vi sonreír de nuevo por mis tonterías, y tomaste mi mano cuando te dije que todo estaría bien, que estaríamos bien, ese día antes de tu partida, cuando me pediste que te trajera de regreso, que querías volver, que querías seguir con esa vida que trazábamos juntos, con esos sueños que cumplíamos de a poquito, ese día en que te bese por última vez y tu sonrisa me respondía, ese ultimo día en que tus ojitos brillaban y los míos también al verte fuerte y deseando seguir aquí conmigo, ese ultimo día en que juntos evitamos el llanto porque juntos éramos fuertes, ese ultimo día hace setenta y cuatro días, antes de te fueras por última vez, y sin mí.



Hace setenta y cuatro días que paso pidiéndote perdón por no encontrar el camino donde las horas avancen, pero lo que siento por ti siempre fue más grande que todo, que yo, y toda la felicidad que me hiciste sentir, me aferra a esos días, donde vivo una y otra vez, todos nuestros recuerdos.




COPY...WHAT?

Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.